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lunes, 28 de marzo de 2016

TELEOLOGÍA VERSUS MECANICISMO

¿Destino o azar? Día tras día nos preguntamos si nuestras vidas siguen un patrón o son meras coincidencias provocadas por el azar. No importa las decisiones que tomemos nos conducirán al mismo camino. Es lo que llamamos Destino, nos hace creer que hay una fuerza que contiene el saber absoluto acerca de nuestro futuro: tiene una historia planificada para cada ser. Sin embargo, distintas circunstancias nos muestran que no podemos determinar lo que sucederá, todo podría cambiar en cuestión de segundos. Por mucho que nos esforcemos por tener que contralada la situación, los asuntos son modificados innumerables veces perdiendo el tema principal propuesto. Estas incógnitas nacen años atrás al buscar respuestas sobre el inmenso universo, con sus causas y efectos, y consigo a nosotros mismos.

Primeramente, aparece la idea teleológica que intenta explicar la vida desde una perspectiva de causa final; este tipo de respuesta del orden de la realidad toma como tema central un plan para lograr un objetivo final por el cual todos los seres cumplen una función que se relacionan unas con otras para poder lograr dicha meta. El primero en formular esta respuesta, de forma  escueta, fue Anaxágoras; el cual sostuvo que la inteligencia gobierna el universo conforme a un plan inteligente.

Ciertamente, el fin de la semilla será convertirse en árbol, su objetivo es lograr convertirse en un árbol sano y capaz de reproducirse. Sin embargo, la idea de que una semilla lleve a cabo ese objetivo no puede surgir de ella misma si no de quien desea que ese árbol de frutos. Una fuerza suprema a ella la conduce y le proporciona los medios para prosperar. Asimismo, la respuesta teleológica se tiende a vincular con la planificación de un plan y para esto último debe haber un autor que lo elabore. Es por esto que esta rama de la metafísica se vincula en la creencia divina en un ser sobrenatural.

Posteriormente, contrario al sistema anterior, surge la respuesta mecanicista: la naturaleza es como una máquina. El cosmos no está regido por una fuerza superior si no que cambia y se transforma debido a la acción de unos sucesos sobre otros. Demócrito fue el primero en desarrollar esta idea. Según el, todo está formado por partículas indivisibles llamadas átomos y que al chocar casualmente entre ellas tienen como resultado todo lo que conocemos en la actualidad.  Su idea expone que el orden natural del universo es causa del desorden.
Un ejemplo práctico seria nuestro propio cuerpo, cada órgano o sistema tiene sus propias funciones y manera de actuar.  Cada uno de ellos por separado no serian capaces de llevar a cabo la supervivencia del organismo pero una vez que se relacionan y vinculan unos con otros, el ente es capaz de realizar sus funciones vitales.  Un pulmón no serviría de nada si no tenemos un corazón, u otro órgano. Aparentemente nuestro cuerpo es un cúmulo de desorden difícil de analizar y entender pero a partir de diversas fases se intenta controlar toda la información recibida. Logrando un conjunto completo y autosuficiente gracias a la acción de unos organismos sobre otros.

Por otra parte, el mecanismo se divide en diferentes subtemas. Por ejemplo, hay un tipo de mecanismo, el determinismo explica que si llega a conocer completamente un fenómeno y las causas que intervienen en el  podremos saber acerca de estados pasados del suceso o  predecirlos. Esta tesis lleva a múltiples confusiones, aunque puede ser aplicable en ciertos aspectos en otros no termina de encajar. Pongamos un ejemplo práctico .Sofía es una alumna responsable e inteligente que se preocupa por mejorar su rendimiento académico, ella sabe que dentro de varios días será la prueba final de filosofía y por eso estudia todas las tardes. Con la información recibida podemos asumir que estará preparada para su examen y que lo aprobará gracias a su perseverancia y esfuerzo. Sin embargo, ¿qué sucedería si la maestra plantea el examen de forma enrevesada para probar la capacidad de sus alumnos?

Con este ejemplo lo que quiero explicar es que no podemos determinar completamente y con la total certeza que algo suceda por eso no me centro en este subtema ya que aunque pertenece no abarca el propio mecanicismo, personalmente creo que dicho determinismo se asocia también con el teleologismo ya que al seguir un patrón es fácil prever lo que sucederá si se tienen los medios correctos. Incluso Demócrito dice que surgimos por choques fortuitos, provocados al azar siendo así un proceso mecánico que no se puede predecir. Y en relación con el ejemplo anterior en el cual explicamos el funcionamiento del cuerpo, podemos conocer nuestro estado pero como los elementos actúan unos sobre otros cabe la posibilidad de que dejen de funcionar correctamente o que el sistema de actuación cambie. Para mí en el mecanismo, si la realidad es planteada como una máquina cabe la posibilidad de surjan improvistos por lo tanto no podemos determinar a ciencia cierta lo que vaya a suceder. Por más que conozcas como funcione el juego de lotería, nunca podrás predecir cuál será el número ganador.

Las dos ideas anteriores, tanto el  teleologismo como mecanicismo, tienen un planteamiento complejo y con múltiples argumentos lo que hace difícil decantarse por uno u otro. Cierto es que aquellos que sigan una religión y profesen su fe hacia un Dios se sentirán más atraídos por la teleología. Sin embargo , esta última ofrece argumentos que se pueden contradecir como por ejemplo, si existe un Dios que es responsable de los hechos que suceden y que tiene un próspero objetivo para la humanidad por que cada día vamos retrocediendo en ciertos valores morales al no contribuir en mejorar en aspectos como la pobreza , la guerra , el maltrato…Es por esto que no me identifico con el teleologismo porque si según hay un ser sobrenatural superior a cualquier cosa que podamos imaginar no puede ser posible que su objetivo final se esté distorsionando o que seamos creados para que seamos exterminados por nuestra propia existencia.

El mecanicismo nos ofrece una visión mucho más objetiva, la idea de que las cosas suceden al azar es más creíble, verdaderamente no hay ninguna cosa que no suceda sin que otra actue para que pueda realizar su acción. Esta conclusión nos deja la gran visión de una potente máquina que vincula todo el cosmos. Sin duda alguna, el mecanicismo rige el universo y nosotros al ser parte de él, estamos sometidos por su fuerza. Interactuamos unos con otros, y una vez que nos centramos y pensamos sobre la vida misma nos damos cuenta que vivimos de las casualidades. No podremos saber nuestro “Destino” hasta que nuestra vida haya terminado de jugar al azar.

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